La escuela es la continuadora de la imagen que de sí mismo se hace el individuo en el seno familiar. Es a partir de su relación con el educador y en la interacción con sus iguales, así como a través de sus experiencias de éxito académico, que los y las adolescentes se autovaloran.
La mirada a través de este "segundo espejo" que es el aula, es una oportunidad para que los y las jóvenes puedan "a partir de lo que reciben de los otros", restituir una imagen positiva de sí mismos adquirida en la familia; o bien transformar una imagen alterada de sí, resultante del rechazo, el abandono o la falta de afecto vivida con los padres.
Son culturales los criterios mediante los cuales los y las jóvenes se juzgan a sí mismos, es decir, la autovaloración que se hagan dependerá de la comparación que resulte de lo que se espera de ellos. En ese sentido, innumerables investigaciones evidencian que son mejores alumnos quienes cuentan con educadores que tienen altas expectativas sobre ellos. Podemos comenzar entonces por confiar plenamente en las potencialidades de los y las jóvenes a quienes tenemos oportunidad de formar.
Otro aspecto que puede resultar favorable en este sentido es abolir la competencia basada en evaluaciones y fomentar el aprendizaje cooperativo, en el que se busca un fin común, a través de la participación de todos porque la contribución de cada uno es necesaria. El aprendizaje cooperativo es generador de climas confiables en el que es posible sentirse aceptado, apreciado, porque cada uno puede ejercitar los recursos que posee, lo que constituye una innegable fuente de autoconocimiento y autoafirmación. La habilidad para ser sensible a la perspectiva del otro surge de estas experiencias, así también la posibilidad de potenciar la propia estima; fluyen las ideas con naturalidad, es eficaz el intercambio de información y por lo tanto mejora el rendimiento académico.
Podría parecer que una asignatura determinada en nada se relacione con la búsqueda del conocimiento de sí mismo, pero el aprendizaje significativo sienta sus bases en la traducción que los individuos hacen de los estímulos e información que reciben, a través de las vivencias en las que su mundo interno juega un papel preponderante.
Para las y los docentes...
Las y los educadores deberán contar con alternativas confiables para detectar oportunamente en los jóvenes ideas o intentos suicidas, violencia, consumo de sustancias adictivas o excesivo uso de Internet, así como desequilibrios en hábitos alimenticios.
Algunos signos que podrían alertarnos para derivar a alguien a ayuda especializada podrían ser: llanto incoercible o sin motivo claramente aparente, inercia o aplanamiento afectivo, exceso de violencia o agresividad incontrolable
Algunos signos que podrían alertarnos para derivar a alguien a ayuda especializada podrían ser: llanto incoercible o sin motivo claramente aparente, inercia o aplanamiento afectivo, exceso de violencia o agresividad incontrolable
Esta sección tiene la finalidad de poner a su disposición herramientas de apoyo, consulta y también espacios de difusión para conocer de cerca todo aquello que aporta el programa Construye T.
La escuela y la imagen de sí mismo
jueves, 18 de marzo de 2010
Publicado por construyetdgetizac en 13:37 0 comentarios
DIPLOMADO DE FORMACIÓN DOCENTE PARA LA OPERACIÓN DEL PROGRAMA CONSTRUYE-T, CICLO 2008-2009.
domingo, 14 de marzo de 2010
Publicado por construyetdgetizac en 16:52 0 comentarios
DIPLOMADO DE FORMACIÓN DOCENTE PARA LA OPERACIÓN DEL PROGRAMA CONSTRUYE-T, CICLO 2008-2009.
Publicado por construyetdgetizac en 16:48 0 comentarios
Suscribirse a:
Entradas (Atom)